La caída de la Casa Usher

La obra anterior de Flanagan ha fusionado una narración profundamente emocional con el terror sobrenatural, a menudo tratando heridas y traumas psicológicos; ésta es diferente, aunque igualmente lograda y adictiva. No espere la espeluznante lírica de series anteriores como The Haunting of Bly Manor, ya que La caída de la Casa Usher podría compararse mejor con un Giallo, el estilo de thriller de terror sangriento popularizado en el cine italiano de los años sesenta y setenta. La forma en que la serie entrelaza referencias a varias obras de Poe es inspirada, y también hay guiños descarados a trabajos anteriores de Flanagan (echa un vistazo a las escenas del sótano y puede que veas el espejo de Oculus).

Gugino hace un trabajo de muerte -literalmente- como la enigmática Verna, que parece tan harta del materialista y amoral clan Usher como los espectadores. Los Usher están claramente inspirados en la familia Sackler, los multimillonarios farmacéuticos de la vida real criticados por su papel en el agravamiento de la crisis masiva de opioides en Estados Unidos. No se trata de gente con la que simpaticemos especialmente, y las creativas y espeluznantes escenas en las que cada miembro encuentra su final tienen un aire de oscuro ingenio y castigo kármico, como en Succession y Saw. La serie tropieza ocasionalmente cuando se excede en los monólogos de comentario social en lugar de dejar que la historia hable por sí misma, pero en general es una historia de terror excepcionalmente agradable, siempre que se tenga un estómago fuerte.